De cómo pedir un visado en el Consulado de Mozambique en Porto

En la vida se me habría ocurrido pensar que el pedir un visado resultase en la odisea – o mini relato apoteósico – que resultó al dirigirme al Consulado de Mozambique en Porto para ese efecto.

Tras haber consultado la página web, identifiqué rápidamente los documentos que eran necesarios, uno de los cuales era una invitación firmada ante notario por un mozambiqueño/a «comprometiéndose» a acogerme durante mi estancia en Mozambique. Intenté contactar con el Consulado vía telefónica para saber si podía ser una copia de este documento o si tenía que ser el original pero fue completamente imposible, con lo cual decidí probar mi suerte con la copia.

Tras haber reunido todos los documentos, allá fui yo un día (28 de julio si mal no recuerdo). Llegué a las 09h, media hora antes de la hora prevista de apertura del Consulado pensando que tal vez hubiese mucha gente. Al llegar, me dijeron que tenía que podía esperar en una sala y también que escribiese mi nombre en una lista que había en esa sala. Fui la número 37 de esa lista. Bien pasadas las 09h30, empezaron a llamar por orden de la lista a la gente apuntada en ella. Llegados a la 30ª persona, dijeron: «Ya está, se acabaron los números». ¿¿¿Perdón??? ¡¡¡Menuda cara de pánfila se me quedó!!! Una hora perdida para nada…

A la semana siguiente decidí probar suerte otra vez y llegué a las 08h30. El edificio ni siquiera estaba abierto pero la lista ya estaba pegadita en la puerta… ¡¡¡y con 31 personas ya apuntadas!!! ¿¿¿Cómo es posible??? Tal debió ser el careto que puse (y la instantánea interjección típicamente española y comúnmente proferida para denotar enfado, irritación, asombro, etc, useasé, un vulgo «joder»), que una señora que estaba bien cerquita de la lista me soltó: «Pues yo llevó aquí desde las 12 de la noche y soy la número 8». ¿¿¿Pero qué me está contando, señora??? Con la sangre hirviendo me fui…

Llegó la vez de «a la tercera va la vencida». Y me plantifiqué un nuevo día a las 07h30 de la mañana. Bueno, va, esta vez, fui la número 22… ¡Ni tal mal! Estaba dentro de los «30 privilegiados de ese día. ¡Toda una afortunada, oiga! Total, que allí estuve hasta que me atendieron a las 12h30… Cinco horas de espera para que la señora me diga: «Lo siento, este documento [la tal carta de invitación] tiene que ser original. Vuelva otro día, haga cola, y entregue el original». ¡¡¡¡¡Nooooo!!!!! Sorprendentemente, miré a la señora, cogí mis cosas y me largué sin decir ni mú.

Y todo esto me pasó por ir de buena y legal. Pero a la cuarta vez fui «mala». «Abusé» de la nacionalidad mozambiqueña de Gustavito (tienen prioridad y no tienen que hacer fila ni pedir número) y me plantifiqué en el Consulado con él. La idea era que él firmase el tal documento original ante notario allí y aprovechar y pedir yo el visado. La misma señora nos dijo que, como el visado era para mí, tenía que hacer cola y tener número para poder ser atendida, que daba igual que fuese con un mozambiqueño. Casi se me saltan las lágrimas… Pero de repente me vino la inspiración y le pregunté si (por un milagro de esos que a veces pueden ocurrir…) no habían sobrado números ese día (ya eran las 12h30 cuando llegamos) y la señora – que supongo habrá tenido de pena de mí – me dijo: «Sí, toma». ¡¡¡Ganas hasta de abrazarla y todo me dieron!!! =D jajajajaja

«Sólo» me costó 4 idas al Consulado y 3 semanas para, por fin, tener el visado para Mozambique, así que…

Ahifambi*, Moçambique!!!

CAM00062

*»Allá vamos» en ronga/changana, dialectos de Mozambique.

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